Llegó el mes de septiembre y la música en directo no para en la provincia de Ciudad Real, desplazándonos ahora hasta Daimiel para disfrutar de una de esas giras imprescindibles en este 2017. Robe Iniesta con su proyecto en solitario volvía a este Auditorio Municipal donde ya había estado en varias ocasiones junto a Extremoduro y ahora llegaba para presentar sus dos LP’s.
La apertura de puertas estaba prevista para las 22:00 hrs. y las colas eran considerables minutos antes de que el público comenzase a entrar en este gran recinto que no quedaría tan lleno como en otras ocasiones. Con un pequeño margen sobre el horario pactado las comenzaba a sonar esa “Intro” para introducirnos rápidamente en el más reciente Destrozares, canciones para el final de los tiempos (2016), vibrando desde el primer segundo con “El cielo cambió de forma” y “Querré lo prohibido”, dos temas muy bien recibidos y que nos hicieron disfrutar de un juego de sonido y luces perfecto.
Robe en el centro de la escena y un total de seis músicos en el escenario eran suficientes para hacernos viajar con este artista que avisaba que la siguiente canción no hablaba de hombres ni de mujeres, esta canción habla de amor y de sexo, dando paso a un gran David Lerman que hacía sonar las primeras melodías del saxofón tenor en “Por ser un pervertido”. Destacable labor de este artista, con una labor que no quedó eclipsada por la gran figura de Robe, con un buen papel en saxofón, bajo y clarinete a lo largo de toda la noche.
“Donde se rompen las olas”, “Hoy al mundo renuncio” o “Ruptura leve” también estaban dentro de la primera parte de este setlist, donde se notó cómo los músicos tienen totalmente dominado un repertorio donde siguieron “Destrozares” y “Guerrero”, avisándonos que tras la siguiente tendríamos el ya habitual descanso de 15 o 20 minutos, cerrando esta mitad con “La canción más triste”.
Tras una pausa en la que la música dejó de sonar y el público optó por pasar por los baños, barra o esperar sentados en este recinto en el que, sinceramente, esperábamos más público, pasaron cerca de 20 minutos antes de que volviera el ambiente del directo que estábamos disfrutando y un amago del clásico “Extremaydura” hizo hervir a los que allí estábamos, convirtiendo su música en “Cartas desde Gaia” y continuando así un repaso a su más reciente referencia que sonó al completo en Daimiel.
Volvió Lo que aletéa en nuestras cabezas (2015) con “De manera urgente”, siguiendo “Puta humanidad” o “Del tiempo perdido”. Esta gira, en cualquiera de sus dos partes, es de resultado mucho más íntimo que aquello a lo que Extremoduro nos tiene acostumbrado, pero esta segunda mitad consiguió subir la intensidad con estos y otros como “Contra todos”, que Robe Iniesta introducía como una canción necesaria. Necesaria tocarla y necesaria cuando se hizo.
No podía faltar “…Y rozar contigo”, muy bien aceptada por el público asistente. Poco a poco se acababa el tiempo de este show, al que todavía le quedaban otras como “Por encima del bien y el mal”, despidiéndose ahora de un público que no se movió ni un milímetro. Había ganas de mucha más música y no podíamos salir de allí sin escuchar al menos un tema completo de Extremoduro, siendo “Si te vas” el elegido.
Robe presentó después de este al resto de músicos que le acompañaban, destacando además del anterior la labor de Lorenzo González o Alber Fuentes. Ahora si, el concierto llegaba a su final el último tema del set fue “Un suspiro acompasado”, despidiéndose todos ellos de forma muy cercana y recibiendo unos aplausos que sobrepasaron el minuto de duración.
Asimilando todavía lo que acabábamos de vivir, salíamos de este recinto muy contentos con un espectáculo que, sin alabar de forma previa a este respetado músico, nos permitió comprobar cual es el resultado de un espectáculo pensado y trabajado de forma previa al detalle. La versión más íntima de Robe pasó por Daimiel y ahora sólo podemos recomendar que cada uno de los que llegue a estas líneas aproveche las fechas que quedan en este tour y disfrute de su música en directo.
Texto y Fotografía: Francisco M. Peco