Como si de un torbellino se tratara, Madrid acogió a Balkan Boma el pasado 20 de marzo en la Sala 0 en una tarde/noche festiva cuanto menos. En primer lugar, estaba a puntito de comenzar la primavera – que la sangre altera – y los Balkan volvían a los escenarios a dar todo lo mejor de sí mismos. ¡Y vaya si lo hicieron!
La sala a reventar, con una energía bastante notoria que se podía percibir desde el rincón más escondido del sitio, en pleno corazón de Madrid, y su música retumbando por todos lados. Hasta las mesas bailaban al son de Balkan Bomba con tanto arte sobre el escenario. Y no sólo arte, sino puesta en escena, con tantos músicos con un porte estupendo, con esas camisetas naranjas tan representativas de la banda y todos y cada uno de los instrumentos que la componen.
Como digo, y recalco, era una auténtica fiesta. Y no sólo por ellos, si no también por sus compañeros y amigos de Entretiempo, que también se animaron al guateque sobre el escenario, para hacer de esa velada, un círculo bonito, a la par que loco, de algo tan necesario como es la música en directo.
Porque está más que comprobado, que la cultura segura es algo que está a pie de calle, que está en cada sala o teatro con todos y cada uno de los conciertos que se están celebrando en la capital y en cualquier rincón del estado español.
Balkan Bomba dejó muy claro que la música está más viva que nunca y que, a pesar de la situación por la que estamos pasando, no decaen. Siguen activos, y mucho! Y aquella tarde/noche del veinte de marzo, Madrid brilló con ellos y para ellos. Para su música, para su energía, para su talento fuera y dentro de las tablas.
Es lo bonito de todo esto; que se sigue luchando por que la situación mejore y porque en cada actuación que se da, nuestras cabezas vuelen a un universo paralelo. Ese universo al que sólo la música es capaz de hacernos llegar, adentrándonos en las callejuelas de la libertad, del baile, de cerrar los ojos y abrir los oídos. Y así lo hicieron ellos, los Balkan Bomba.
Está claro; a seguir sumando, a seguir disfrutando en la medida en la que se pueda, de lo maravilloso que es capaz de generar la música y los diferentes grupos y bandas que la dan vida. Ellos, desde luego, ya contribuyen a que esto sea real. Y lo seguirán haciendo, estoy segura.
Texto y Fotografías: Inma García de la Rosa Zamorano