Crónicas de Conciertos

[Crónicas de Conciertos] Rozalén en WiZink Center, Madrid (14/06/19)

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“Cuando el río suena, agua lleva” … y Rozalén rebosó el pasado viernes 14 de junio en Madrid.  La manchega colgó el cartel de sold out y bordó a la perfección un concierto en la capital. 

Un inicio de noche protagonizando por el joven Isma Romero y los suyos, que se encargaron de calentar los motores de una velada muy esperada. Todo el mundo expectante y atento. Había gente de todas las edades; desde lxs más pequeñxs, ansiosxs por corretear por todo el recinto, hasta personas con edades algo ya más avanzadas.

Y así, desde la parte trasera del escenario, con los músicos posicionados y la música ya sonando, aparecían Rozalén y Beatriz Romero. Con un “No preguntes cuando no quieras saber” avanzaban poco a poco hacia el borde del escenario, hacia aquel mar de gente que abordaba cada esquina del WiZink.

Una puesta en escena fantástica, con luces que acompañaban y un sonido inmejorable. Madrid y Rozalén estaban más que conectados aquella noche. Sonrisas desde el escenario, cánticos, miradas atentas y brillantes desde el público. La escena se había convertido en una especie de bosque encantado, con colores, recuerdos, letras en memoria de familiares, como sucedió con el tema “Justo”. Esa emoción que unx siente cuando echa la vista atrás, al pasado, y recuerda a sus seres queridos que, por el motivo que sea, ya no están…

Aquella noche fue una cita muy acertada para celebrar el Día Nacional de las lenguas de signos española. Cada letra que sonaba en el WiZink estaba representada con un bonito lenguaje de signos. Un “extra” que tanto Isma Romero como Rozalén, integran en cada concierto que dan. 

Fue una velada de celebraciones. El mítico Cumpleaños feliz también se coreó para felicitar por todo lo alto a la manchega. Una Rozalén emocionada y con el corazón abierto a Madrid. 

Ella y Beatriz parecían unas pequeñas hadas con ganas de revolucionar de la manera más pura, mágica e infinita, aquel viernes de junio con “Las hadas existen”. 

Ya con el ambiente caldeado y en pleno esplendor, apareció David Otero para interpretar, “Baile”. Todo el recinto en pie, cantando y coreando en el tema, acompañado de palmas y algún que otro movimiento de cadera. Era toda una fiesta en la que, también, la música se escuchaba con los ojos.

También había hueco para las palabras de encanto y de agradecimiento por parte de Rozalén. Gestos bonitos y con cariño que llenaron el WiZink de sonrisas y emoción.  Tanto fue así, que otro invitado aguardaba entre las cortinas del escenario.  Mr Kilombo salió para interpretar el tema “Sinmigo”. Muchísima conexión entre ambos artistas, tanta, que la escena se vio envuelta en un gran velo de melancolía y ternura.

Pero las sorpresas no acabaron ahí. Antes de que marcaran las once de la noche, la propia madre de la cantante se animó a subir al escenario y deleitar a todas las personas presentes con “Ay pena, penita, pena”. La manchega, emocionada de ver cómo su madre lo dejaba todo sobre las tablas, quiso presumir de familia y de genes, y, francamente, lo consiguió. 

“Peces de ciudad”, “Las Angelitas”, “La belleza” … composiciones que alzaron el recinto y pusieron la piel de gallina a más de unx. Historias hechas canciones. Momentos vividos y recuerdos… Rozalén estaba abriéndose en canal a su público en una cita con amigos, con familiares, e incluso con personas desconocidas. 

Pero por desgracia, hay situaciones que son finitas y en las que es necesario bajar a la tierra. Aún no se había alcanzado la medianoche, y “Bajar del mundo”, “Comiéndote a besos”, “80 veces” y “Saltan chispas” retumbaban por todo el WiZink Center. Los presentes no cesaban y alzaban la voz sin importar edades, sin importar estereotipos.  

Desde la pista, niños y niñas bailando. Desde las gradas, multitud de movimientos, brazos en alto danzando al son de la música… El tiempo se acababa y la fiesta estaba a punto de marcar su fin cuando, “Dragón rojo” y “La puerta violeta” inundaron el lugar con una puesta en escena maravillosa. Y, para plantar los pies sobre la tierra y dar por cerrada la fiesta, “Girasoles” se hacía con la noche. 

Con reflexiones, mensajes directos e incluso consejos, Rozalén y los suyos finalizaron el evento, no sin antes pasearse por gran parte de la pista, sintiendo el calor de ese público que tantísimo se había entregado. 

“Cuando el río suena, agua lleva”. Y cuando el WiZink casi se arrodilla ante alguien que crea música y; además, permite escucharla con los ojos, los indicios cumplen totalmente con los hechos. Rozalén no es un mito. Rozalén es real, y si no, preguntad a cualquiera que bailó, sonrió, y disfrutó en la noche del viernes catorce de junio en el WiZink Center de Madrid.

Texto y Fotografías: Inma García de la Rosa Zamorano