Apenas ha transcurrido un año desde el último concierto de Kiss en el Madison Square Garden y Gene Simmons ya se encuentra nuevamente en la carretera. El carismático bajista de la banda actuará el 13 de agosto en el festival Porta Ferrada en Sant Feliu de Guíxols y el 14 en La Riviera de Madrid.
Un autor dijo una vez: «si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie». En el panorama actual del rock, los cambios han sido evidentes. Pocos grupos logran llenar grandes recintos, y Kiss, que se retiró el pasado 2 de diciembre, fue uno de esos grupos icónicos.
Gene Simmons, reacio a las nuevas dinámicas del rock, puede parecer un romántico. Aunque resulta extraño asociar ese adjetivo a alguien que ha enfurecido a la base de fans de Kiss en más de una ocasión, he notado un cambio en su actitud. Durante nuestra conversación, su tono de voz se percibía cálido y empático, y quizás pasé esos cuarenta minutos con uno de los mejores actores del mundo. Buscaba en el inflexible hombre de negocios un atisbo de humanidad: el niño solitario, el famoso que se siente nervioso frente a sus ídolos y el hombre que sigue rebosando energía en su vida.
Al despedirme, siento que ha sido una gran manera de concluir un jueves por la noche. Mientras redacto esta introducción, me viene a la mente una frase cinematográfica que me plantea cómo enfrentaré el concierto de Gene Simmons a mis ansiosos y reflexivos 41 años: “La nostalgia es la única distracción que nos queda aquellos que no tenemos fe en el futuro”.
Es sorprendente que, tras la despedida de Kiss, ya estés de nuevo en el camino con tu propia banda.
“La Gene Simmons Band surgió por casualidad. Un promotor de Sao Paulo me contactó para tocar en un festival con 150,000 personas. Me pareció una excelente oportunidad y me emocioné. Fuimos, hicimos el concierto y después nos invitaron a varios festivales europeos. Esto es una chance para divertirme sin preocuparme por el escenario, el representante, los camiones o los roadies. Simplemente aparecemos y tocamos. Interpretamos canciones como ‘Unholy’ y otros temas de mi carrera en solitario. Hacemos éxitos como ‘I Was Made For Lovin’ You’, pero de una manera distinta. También invitamos al público a cantar con nosotros temas como ‘Shout It Out Loud’ o ‘I Love It Loud’. Es una oportunidad para disfrutar”.
¿Qué sentiste cuando Kiss dio su último concierto en Nueva York?
“Fue un momento muy emotivo. Hace cincuenta años comenzamos a diez calles del Madison Square Garden. Empezamos en la calle 23 y el estadio está en la 33. Tuvimos muchas presentaciones allí, pero teníamos que cerrar en Nueva York de la misma manera que comenzamos. Fue como cerrar un ciclo; cincuenta años son muchos. Era el momento de salir del escenario en un buen momento, como hacen los boxeadores: tienes que saber cuándo retirarte antes de que sea demasiado tarde”.
Para muchos, eres un referente.
“Simplemente deseo a todos felicidad y buena salud. Eso implica tomar decisiones acertadas en la vida. Eres el dueño de tu propio destino. Para mí, nunca ha tenido sentido fumar, drogarse o emborracharse. Varios de mis amigos tomaron caminos diferentes y han fallecido. Tienes que hacer elecciones responsables si quieres vivir bien. Esa es la clave para llevar una vida saludable y plena”.
Has mencionado que hay grandes artistas que caen en el cliché del alcohol y las drogas en el rock.
“He escrito varios libros, incluido uno titulado ‘27’. Es increíble ver cómo a lo largo de las generaciones, las personas siguen tomando malas decisiones. Jimi Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin y Brian Jones fallecieron a los 27 años, no por guerras, sino por drogas y alcohol. Lo mismo ocurrió con Kurt Cobain y Amy Winehouse. Nadie sabe por qué a esa edad. Pero cuando te vuelves famoso, con dinero y talento, tienes la posibilidad de tomar decisiones que pueden ayudarte o perjudicarte. Ahí tienes a Paul McCartney, que ha mantenido una carrera longeva y disfruta de la vida. Yo tengo 74 años, me siento genial, nunca perdí mi voz y me cuido”.
“Me siento muy afortunado por la vida que tengo. Si esta es la única vida que debo vivir, estoy satisfecho”.
¿Qué opinas de movimientos como el #MeToo o Black Lives Matter?
“Creo que las ideas son positivas, pero el problema radica en el ser humano que arruina todo. Tienes la Biblia, el Nuevo Testamento, los Mandamientos, ‘ama a tu prójimo como a ti mismo’. De eso se trata, no se necesita más”.
Hablemos de tu personaje, The Demon. Algunos artistas, como Alice Cooper, hablan en tercera persona porque ven a su personaje como un alter ego. ¿Tú también ves una división entre tu personaje y tu persona?
“Bueno, Alice pasó por un periodo muy oscuro y tomó malas decisiones, pero ahora está limpio. En mi caso, no siento esa división. Lo comparo con los boxeadores: antes de salir al ring, hablas con la gente, pero en el momento que estás arriba, solo te concentras en ti mismo. Eso es lo que me pasa cuando estoy en el escenario”.
¿Crees que los personajes de Kiss se convertirán en arquetipos o leyendas, como Don Quijote o Peter Pan?
“Eso ya está sucediendo. Ya verán lo que está por venir, no lo podrán creer”.
¿Tienes algún método para enfrentar un mal día antes de salir a dar un show?
“El público te ayuda en esos momentos. Te cuento algo: cuando Paul y Desmond Child escribieron ‘I Was Made For Lovin’ You’, pensé que la letra era muy buena. Pero cuando pregunté qué parte debía cantar, me respondieron (canta ‘do do do do’). Les dije que eso no era rock. Sin embargo, grabamos la canción y le di una oportunidad. Se convirtió en un gran éxito. Luego aprendí algo en los festivales europeos: fans de bandas pesadas, como Iron Maiden y Judas Priest, también disfrutan de esa canción y cantan con nosotros. Esa fue una lección valiosa. No importa el estilo de música que hagas, siempre y cuando les guste a los fans. Así que intentamos incluir diferentes tipos de canciones, como ‘Ace Of Spades’ y ‘Communication Breakdown’, junto a clásicos como ‘Unholy’ y ‘Charisma’”.
Un proyecto interesante fue el de Rock And Roll All Stars.
“Fue un experimento con Joe Elliott de Def Leppard y otros. No teníamos un plan concreto, simplemente queríamos divertirnos. Cada uno aportó unas cuantas canciones. Se trata de dar lo mejor a los fans. Si eres el chef en un restaurante, no importa lo que pienses, sino lo que opinan los comensales. Tienes que preparar pastas, aunque no te gusten”.
Una vez dijiste que Kiss es como un animal salvaje atrapado en estudios de grabación.
“Los estudios son lugares extraños. El primer estudio donde Paul y yo grabamos, antes de Kiss, fue Electric Lady Studios, de Jimi Hendrix. Era un lugar subterráneo, sin ventanas, que era mi favorito porque nunca sabías si era de día o de noche. Te sentías como si volvieras al vientre de tu madre, sin luces ni ruidos del exterior. También grabamos en los estudios de los hermanos Van Halen en Los Ángeles. Hemos estado en diferentes lugares”.
La mayoría de la gente te percibe como un hombre de negocios, pero creo que tienes un gran corazón. ¿Qué debería saber la gente sobre ti para cambiar esa percepción?
“Eso no es importante para mí. La gente puede pensar lo que quiera. He tenido la suerte de estar en una banda con grandes talentos como Paul, Ace y Peter, y con músicos excepcionales que formaron parte de Kiss. No me puedo quejar. En una fiesta con buena comida, buena música y compañía agradable, no me importa lo que piensen los demás. La verdad es que no me puedo quejar de nada”.
Tu música ha traído felicidad a muchas generaciones. Debes tener muchas historias emotivas con tus fans.
“Una vez, una familia de Las Vegas se comunicó conmigo para contarme que un fan estaba gravemente enfermo y a punto de fallecer. De inmediato tomé un avión para visitarlo. Su madre sonreía, incluso antes de entrar a la habitación. No entendía por qué, si su hijo de 18 años estaba a punto de morir. Hablé con los médicos antes de conocer al chico y me dijeron que tenía cáncer terminal y que solo quería conocerme. Conocí al chico y pasamos un buen rato. Eso hizo que su madre sonriera, porque logró cumplir el último deseo de su hijo. Me fui muy triste de allí. Al día siguiente, su madre me llamó para decirme que el chico había fallecido. No pude contenerme y empecé a llorar. Ella no lloraba. Me disculpé por llorar y ella me contó que tenía una foto de su hijo, la última que pudo tomar, y él estaba sonriendo. Sonrió en sus últimos momentos”.
Esa es una historia increíble. Lo que logra el poder de la música.
“Eso es todo. Lo que haces en la vida es importante, pero tu legado es aún más. Tienes que hacer lo mejor posible para dejar un buen recuerdo y la música es parte de eso. Al final, todos estamos aquí en la misma situación: algunos se van y otros siguen, pero al final, todos partimos. Eso es lo que importa”.
¿Tienes algo más que quisieras compartir con tus fans?
“Quiero que los fans sigan disfrutando de la música y de los espectáculos. Si puedo hacer algo para alegrar sus vidas, lo haré. Esa es la misión de un artista: brindar felicidad, una sonrisa o un momento inolvidable. Siempre hay algo que ofrecer”.