Críticas de Discos

[Crónicas de Conciertos] Soziedad Alkohólika + Death & Legacy + 3K’S en Madridejos, Toledo (19/09/15)

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El 19 de septiembre era una fecha fijada en el calendario para volver a ver a Soziedad Alkohólika dentro de la geografía castellano-manchega, siendo Madridejos (Toledo) la localidad elegida para disfrutar de este directo, en un cartel que se completaba con Death & Legacy y 3K’S, cerrando así una completa noche de música en directo que estábamos preparados para disfrutar.

Cuando pasaban las 22:00 horas salían a escena 3K’S, un trío que conocíamos en esa misma actuación y que preparó un setlist que acabó siendo un completo y agradable repaso al rock y punk rock de este país. Sonando Platero y Tú, Extremoduro y Los Suaves con Hay poco Rock’n’Roll, Ama, Ama y ensancha el alma y Dolores se llamaba Lola, se ganaban rápido a un público que crecía rápidamente según pasaban los minutos.

Fallaba el sonido desde el inicio, algo que se repetiría durante demasiadas veces durante toda la noche. Breaking the law en la versión de Manolo Kabezabolo (Vendemelo) daba paso a un homenaje al Rober, líder de la banda que siempre será recordado y al que le brindaron un agradable popurrí donde aparecieron Si los curas comieran chinas del río, La Fiesta de Blas, La del futbol, Ratas de ciudad y Si nos dejáis, buena elección.

Todavía quedaba directo y aprovecharon estos minutos restantes para mostrar sus versiones de Envenenado (Parabellum), Agradecido (Rosendo), Dime (Reincidentes) o una vuelta a Porretas con el clásico Marihuana, cerrando después su actuación al ritmo de Kualkier día (Piperrak) en una versión más cercana a la revisión de Boikot de este tema. Buen directo con el que entramos en calor en esta noche de sábado.

Tras un breve cambio de escenario llegaba el turno de Death & Legacy, una quinteto de Zamora que continúa abriéndose paso en la escena estatal del thrash metal  con toques melódicos que han presentado en su último Burning Death (2014) un disco que ha sonado en toda la geografía estatal y ahora llegaban hasta Madridejos.

Los fallos en el sonido eran más que evidentes, pasando el primero de los cortes con el sonido de batería únicamente en monitores, algo que incomodó a más de uno de los que allí estaban. Estos se fueron corrigiendo y nos dejaron disfrutar de algo más de media hora de directo en el que, como bien dijeron, era un placer estar en una plaza de toros para poder disfrutar de música, de cultura de verdad.

Y tras esto llegó el turno de la actuación más esperada de la noche: Soziedad Alkohólika, una de las bandas con más nombre en este país que llegaba desde Vitoria para mostrar un repertorio lleno de grandes temas que han dado forma a una extensa discografía que repasaron en esta noche de directo. Dosis de violencia, La política del miedo, Perra vida o Palomas y buitres fueron algunas de las elegidas para el primer tramo de este directo que consiguió reunir a una buena cantidad de público frente a este escenario.

Tras una breve parón con el que se resolvía algún problemilla de escenario como bien nos decía Juan, quien permaneció ahí hasta la vuelta del resto de la banda, seguían al ritmo de Como una mierda, Automarginado, a los que continuaron Ratas y Palomas y buitres, estos dos últimos unos de los clásicos más esperados de su actuación.

Piedra contra tijera y Peces mutantes seguían animando al público de este recinto, donde todavía se guardaban sobradas energías para moverse al ritmo de Sin dios ni na o Stop Criminalización.

Antes de despedirse nos dejaron SHAKTALE, Cuando nada vale nada y Ciencia asesina, pero no había acabado todo, ya que guardaban dos más: Motxalo! y el habitual Nos vimos en Berlín con el que se despedían de esta cita con el público toledano que bien ha sabido aguantar diferentes presiones que una vez más intentaban censurar esta actuación, de la que solo echamos en falta un sonido de altura a la situación. Cuatro horas de música que nos dejaron más que contentos y que nos permitieron disfrutar de la música en directo en esta noche de sábado.

Texto: Francisco M. Peco

Fotografía: Diana Ortega